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Poemas del primer mundo
Génesis
Había vuelto a la luz. Asumí eso de ser enfermo crónico. Entonces vivía solo, sin internet en casa. Salía todas las noches, sin tocar el alcohol, observando, apuntando, descifrando los ojos de las personas nuevas. Solo tenía intimidad con la luna. Recuerdo recrearme en las conversaciones de los bares. Escribía poemas en servilletas, paredes, tarjetas. Hablaba sobre filosofía con el personal de seguridad de los garitos. Nostálgico hasta las cejas, volvía a casa con la nariz roja y la bufanda bien apretada, como si se fuera a escapar mi juventud con el invierno.
Libro-tráiler
Arte
El hado cucado.
Por Tamara de Frutos.
Ilustración de la cubierta
Por Sara Bellés.
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